CEDAW para Mujeres y Niñas Indígenas: una brecha convertida en camino
Las mujeres somos diversas y desde nuestras identidades aportamos al mundo. A la vez, señalamos las desigualdades que enfrentamos las Mujeres Indígenas tales como la falta de acceso a las oportunidades educativas, económicas y sociales. Los Pueblos Indígenas somos el 6,2% de la población mundial (OIT, 2019)1 pero representamos el 15% de las personas más empobrecidas del mundo (UNPFII, 2020). El reciente Estudio global sobre la situación de las Mujeres y Niñas Indígenas, en el marco del 25 Aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, muestra que sistemáticamente las Mujeres Indígenas nos encontramos en la parte inferior de todos los indicadores sociales y económicos.2
Frente a este contexto, es necesario que las medidas que protegen nuestros derechos sean culturalmente apropiadas, tomando en cuenta las particularidades que nos impiden el pleno ejercicio de nuestros derechos. Es así que los instrumentos internacionales deben ofrecer respuestas específicas para abordar las problemáticas que enfrentamos y garantizar el acceso a la igualdad de oportunidades. Un ejemplo es la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW por sus siglas en inglés), la cual los Estados miembros deben tomar acciones orientadas a respetar, proteger, promover y cumplir los derechos humanos de mujeres y niñas en todas las circunstancias. Es importante destacar que la Convención es un instrumento jurídicamente vinculante, esto quiere decir, que los Estados adheridos a esta convención, están obligados a cumplir con este mandato.
En un mundo donde las mujeres, en todas nuestras diversidades, experimentamos una profunda desigualdad; este instrumento tiene una especial relevancia para nuestras vidas. Sin embargo, CEDAW no reconoce de manera específica a Mujeres y Niñas Indígenas como portadoras de derechos individuales y colectivos. Esto significa que, la Convención no ofrece una protección adecuada contra las múltiples discriminaciones que enfrentamos.
Desde nuestra forma de percibir la vida, estamos conectadas con la Madre Tierra. Resistimos y combatimos la discriminación y violencias no solamente como mujeres individuales, sino como seres colectivos, intrínsicamente relacionadas a nuestros pueblos conformando un todo. Por ello, nos hemos dado a la tarea de incidir en espacios de toma de decisiones, teniendo como meta transformar las realidades de desigualdades e injusticias.
Este proceso ha requerido la suma de voluntades a través de diálogos entre lideresas y organizaciones de Mujeres Indígenas, de organizaciones aliadas de la sociedad civil así como perseverancia a lo largo del tiempo. Una tarea estratégica para mejorar la vida de 186 millones de Niñas y Mujeres Indígenas, que solo en colectivo podremos conseguir.
Iniciamos una brecha que se ha convertido en un camino. Hoy tenemos la fuerza del viento a nuestro favor. Hermanas, sin perder el paso fuerte y constante, FIMI, las redes regionales de Mujeres Indígenas y MADRE les invitamos a sumarse a la Campaña CEDAW para las Mujeres y Niñas Indígenas. Esta iniciativa es fruto de lo ya sembrado y necesita de nuestra energía para lograr que el Comité de CEDAW adopte formalmente una Recomendación General para Mujeres y Niñas Indígenas en el 2022. ¡Juntas somos más fuertes para hacer realidad un mundo libre del racismo y dela discriminación!
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1 Aplicación del Convenio sobre pueblos indígenas y tribales núm. 169 de la OIT: Hacia un futuro inclusivo, sostenible y justo, Organización Internacional del Trabajo, 2019