El caminar de FIMI: 20 años tejiendo juntas

En la cosmovisión Maya, llegar a los 20 años es convertirse en Junwinak (una persona), es decir llegar a la primera etapa de madurez. FIMI ha llegado a este periodo como un ser colectivo que ha surgido en el seno de una comunidad global de mujeres líderes. Visionarias comprometidas con la transformación de un mundo desigual hacia un universo preparado para el buen vivir o el bien ser y estar.

En el ciclo de la vida, siempre hay un antes, un hoy y un después, es por ello que rindo honores a todas las ancestras y ancestros que antecedieron la lucha de las mujeres, jóvenes y niñas. Ellas dejaron las semillas en el corazón de la tierra, la hicieron germinar y crecer. Llegar a los 20 años de FIMI,  es una oportunidad para invocar las sagradas energías de las abuelas que hoy nos siguen guiando desde el viento, las montañas, los cerros, los desiertos, las aguas, los bosques y planicies.

FIMI ha construido parte del camino hacia el ejercicio de los derechos individuales y colectivos de las Mujeres Indígenas. A través de esta iniciativa hemos acompañado el crecimiento individual y colectivo de liderazgos, recuperando y revalorizando conocimientos y prácticas ancestrales, buscando y facilitando recursos desde la solidaridad y reciprocidad. Estas acciones se han encaminado a tender puentes para caminar juntas, en red, en alianza, logrando ser la plataforma global para la incidencia y participación en los procesos de toma de decisión en lo local, nacional e internacional. A través de la Escuela Global de Liderazgo, el Fondo de Mujeres Indígenas AYNI, de los procesos de investigación, participación e incidencia,  hemos logrado acompañar iniciativas, historias, proyectos, sueños y luchas de Mujeres y Jóvenes Indígenas.

Este caminar es posible gracias a grandes aliadas y aliados que creyeron desde la primera semilla de FIMI. Muchos de los cuales siguen junto a nosotras a lo largo de estos años, aprendiendo y desaprendiendo en colectivo, hacia nuevas relaciones basadas en el respeto y la reciprocidad. Con estas alianzas FIMI se prepara para otra etapa de consolidación, con mayores fortalezas institucionales basadas en sistemas propios para diversas áreas, entre ellas: administrativas, financieras, monitoreo, comunicación, gestión de recursos y de gobernanza. Además, este nuevo tramo viene con crecimiento en las capacidades de articulación, de generación de propuestas y liderazgo. Nuestro deseo es seguir siendo un espacio de convergencia global con cimientos firmes, trabajando junto a las hermanas de las distintas regiones del mundo.

Faltan muchos senderos por recorrer para transformar realidades en el ámbito económico, social, político y cultural. Sin embargo, estamos de pie, aunque muchos sectores no lo reconocen, reafirmamos que somos agentes de cambio y seguimos comprometidas con la vida plena para todas y todos.

Por último, deseo compartir mi reconocimiento a cada una de las hermanas mayores que han hecho germinar la semilla de lo que hoy es FIMI. Quienes recibieron la luz del universo y pusieron en común sus ideas, trabajo, sueños y compromiso. Valoro el aporte de cada una de las personas que han transitado en el equipo de FIMI, en especial al equipo que me acompaña en esta etapa. He visto su dedicación y su profundo compromiso con las luchas de las Mujeres Indígenas.

Ser parte de este momento histórico de los 20 años, llena mi Kux (mi esencia) de alegrías, esperanzas, responsabilidad, porque es una oportunidad valiosa de aportar y crecer en esta trama del tejido de la vida de FIMI.

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