En el lanzamiento del Estudio Global sobre la Situación de las Mujeres y Niñas Indígenas en el marco del 25
aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, Teresa Zapeta, maya K’iche’ de Guatemala, encendió una vela.
“Enciendo esta luz respetando la espiritualidad de cada uno. Para nosotros significa el amanecer, el inicio del día y con esta energía queremos agradecer a las mujeres abuelas que nos antecedieron y con ello nos conectamos también con los elementos del universo”, pronunció la Directora Ejecutiva del Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI).
El conocimiento ancestral y la cosmovisión son parte de la lucha de las Mujeres Indígenas por sus derechos individuales y colectivos. Así fue incluso antes de que 189 países, entre los que está México, adoptaron de forma unánime la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing hace 25 años.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha realizado cuatro conferencias mundiales sobre las mujeres: Ciudad de México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Beijing (1995). En la última se establecieron objetivos estratégicos para la igualdad de género en 12 esferas cruciales, de las cuales parte el estudio global para describir la situación de las mujeres y niñas indígenas en cinco regiones del mundo.
Las Mujeres Indígenas han contribuido a la implementación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing a nivel local, nacional e internacional con sus voces y acciones. Para Tarcila Rivera Zea, presidenta del FIMI, son agentes de cambio y no sólo víctimas de discriminación, vulnerabilidad y marginación interseccional.
“Vemos que muchas Mujeres Indígenas que han contribuido a la liberación de pueblos y a la construcción de soluciones no están en la historia escrita y por eso tenemos que siempre mirar hacia atrás, valorar el presente para construir el futuro”, dijo durante su intervención la activista indígena peruana.
La conferencia de Beijing influyó en el movimiento de las mujeres indígenas, pues por primera vez participaron cientos de ellas. Desde 1995 se han consolidado o establecido en diversas organizaciones nacionales y regionales y han creado nuevas alianzas, dando lugar a redes internacionales como el FIMI.
En su aniversario 20, el Foro Internacional de Mujeres Indígenas, que lideran Teresa Zapeta y Tarcila Rivera, presenta este estudio global que atraviesa de forma transversal sus cuatro programas principales: incidencia política; capacitación y desarrollo de capacidades; temas de investigación e impacto en la vida de las mujeres indígenas; y el Fondo AYNI, palabra Quechua cuyo significado es reciprocidad, igualdad y justicia.
Ilustración: Elihu Galaviz / Diseño de la lista: Andrea Tamayo
Estudio en regiones con COVID-19
El Estudio Global sobre la Situación de las Mujeres y Niñas Indígenas en el marco del 25 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing será un insumo en la Segunda Conferencia Global de Mujeres Indígenas que se realizará en 2021.
El documento está dividido en seis secciones y conformado por estudios regionales que fueron realizados por consultoras de mujeres indígenas y no indígenas. El proceso de investigación, que consistió en la consulta de literatura y la realización de entrevistas, duró aproximadamente cuatro meses.
La metodología común se compartió con los consultores regionales a finales de noviembre de 2019 y los primeros informes se presentaron en marzo de 2020. En la región de Ártico, el proceso comenzó en enero de 2020 y los resultados estuvieron listos para la presentación en línea el 28 de septiembre.
“Los cinco informes regionales documentaron de forma independiente altos niveles de violencia estructural, discriminación y marginación. El despojo de tierras, la violencia ambiental, el cambio climático y la imposición de proyectos de desarrollo a gran escala en territorios indígenas representan amenazas alarmantes para los derechos individuales y colectivos de las mujeres indígenas”, revela el estudio.
Los principales hallazgos en cada región son el número de mujeres indígenas, si viven en zonas rurales o urbanas, el tipo de trabajo que desempeñan y su nivel de estudios.
“El acceso limitado a una educación de calidad que sea cultural y lingüísticamente relevante sigue siendo un desafío clave en todas las regiones”, menciona el documento.
Parte de la investigación y los resultados coinciden con la pandemia de COVID-19, brote que ha tenido impacto en las mujeres indígenas.
“El pleno ejercicio de nuestros derechos colectivos e individuales parece un sueño aún más lejano y, más bien, estamos presenciando un agravamiento de las desigualdades y múltiples formas de violencia que afectan a nuestros pueblos, territorios, cuerpos y espíritus”, menciona el estudio.
Por ello, como agentes de cambio, las mujeres deben ser consideradas en la toma de decisiones.
“La pandemia no terminará pronto y sus consecuencias resonarán durante mucho tiempo en el futuro. Los gobiernos deben considerar las voces de los pueblos y mujeres indígenas, sus conocimientos ancestrales y sus buenas prácticas de resiliencia al desarrollar respuestas holísticas para abordar esta emergencia y sus secuelas”, recomienda el FIMI.
Si deseas leer el artículo original, puedes encontrarlo aquí.