Las Mujeres Indígenas necesitamos financiamientos estratégicos que respeten la libre determinación de nuestros pueblos
Las Mujeres Indígenas recomendamos que los mecanismos y políticas de financiamiento internacional sean inclusivos, culturalmente sensibles y diseñados con un profundo conocimiento de las culturas, prácticas y necesidades indígenas. Para lograrlo, resulta fundamental que participemos en los procesos de toma de decisiones.
15 de marzo de 2024.- En un evento virtual paralelo a la 68ª sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW68), lideresas y organizaciones aliadas del Foro Internacional de Mujeres Indígenas (FIMI) discutimos sobre la distribución de los recursos otorgados para la prevención y eliminación de las violencias contra Niñas y Mujeres Indígenas alrededor del mundo.
En el evento virtual, denominado Del compromiso a la acción: financiamiento para la implementación de la Recomendación General 39, reflexionamos sobre algunas iniciativas que demuestran que la violencia puede ser abordada, reducida y, con perseverancia, eliminada sistemáticamente, si se implementan los fondos suficientes que eliminen las brechas de desigualdad estructural que afectan a las Mujeres Indígenas.
Hindou Oumarou Ibrahim —del pueblo de Mbororo, en Chad, un país situado en el norte de África Central—, integrante del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU, aseguró que mayoritariamente son las mujeres las que protegen los territorios y sus recursos naturales. “Necesitamos financiamientos que vayan directamente a las comunidades indígenas y específicamente a las mujeres para reforzar sus capacidades y facilitarles las herramientas para que puedan hacer lo que ya están haciendo”, señaló.
Durante su intervención, Hindou sostuvo que urge garantizar el acceso de las Mujeres Indígenas a la tierra: “Tenemos que darles las herramientas para que puedan hacer un mapeo del territorio y fortalecer sus derechos sobre la propiedad de la tierra. Dar acceso a las tierras y territorios es brindar seguridad alimentaria a la comunidad entera”.
La lideresa quechua —y presidenta de FIMI— Tarcila Rivera Zea explicó que el financiamiento debe llegar a las organizaciones de base y hacer incidencia con los gobiernos locales y regionales para alcanzar la aplicación de la RG39, y lograr su aplicación a nivel mundial. “Nuestra ruta como Mujeres Indígenas es aprender sobre instrumentos internacionales, articularnos y fortalecer nuestras organizaciones locales”, insistió la lideresa.
A su vez, Abigail Erikson —Directora del Fondo Fiduciario de la ONU— explicó que desde su establecimiento en 1996, el Fondo Fiduciario de la ONU para Eliminar la Violencia contra la Mujer ha apoyado 670 iniciativas en 140 países y territorios del mundo por un valor total de 225 millones de dólares. Erikson aseguró: “en el Fondo Fiduciario estamos profundamente comprometidas a aprender de las organizaciones de base para poner fin a la violencia contra las Niñas y Mujeres Indígenas”. La funcionaria explicó que, desde 2022, el número de organizaciones locales que recibieron apoyo del Fondo ascendió a 30. “Sabemos que no es suficiente, pero estamos haciendo un enorme esfuerzo por sumar a más beneficiarias de las organizaciones de base”, agregó.
Lourdes Inga —Directora Ejecutiva de International Funders for Indigenous Peoples (IFIP)— destacó que la implementación de la Recomendación General 39 de la CEDAW, que protege los derechos individuales y colectivos de las Niñas y Mujeres Indígenas, es una oportunidad poderosa para aumentar el apoyo filantrópico a organizaciones o colectivos de base. “Debemos aumentar el acceso a fondos flexibles a largo plazo para estabilizar, apoyar y reforzar su trabajo organizativo”, señaló.
Al mismo tiempo, Joanna Kazana —Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Trinidad y Tobago— reconoció que las Mujeres Indígenas tienen una voz fuerte y mucho que decir. “Es esencial que las mujeres formen parte del proceso de toma de decisiones. Hemos propuesto un nuevo enfoque para otorgar los financiamientos, para que estos se centren en la resiliencia y la inclusión de los Pueblos Originarios contra los procesos extractivistas, por ejemplo, y hemos identificado que las Mujeres Indígenas son agentes de cambio, porque ellas saben lo que necesitan sus comunidades”, puntualizó.
Por su parte, Cynthia Brizuel —Especialista en Inclusión y Educación en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)— explicó que Unicef otorga prioridad para trabajar con niños y personas indígenas con alguna discapacidad. Sin embargo, acotó, “estamos intentando involucrar también a las Mujeres Indígenas, porque son ellas quienes conocen las necesidades de sus hijos. Y para involucrarlas, estamos trabajando en erradicar las brechas del lenguaje para que las mujeres y los maestros, que también son líderes en las comunidades, establezcan relaciones de confianza con los niños que se traduzcan en mejores condiciones de salud y educación para todas y todos”.
Finalmente, Florence Varghese —Directora de Proyectos de la Organización para el Desarrollo Comunitario India— manifestó que en India las Mujeres Indígenas se enfrentan a una sociedad patriarcal basada en el sistema de casta, que empuja a las mujeres al nivel más bajo de la sociedad. “Por lo tanto, la independencia económica es esencial para liberarse de las violencias que experimentan”, afirmó. “Hemos identificado a 250 supervivientes de violencia doméstica, en 44 pueblos costeros”, agregó la funcionaria, “les brindamos apoyo legal, educación, y las acompañamos para que desarrollen proyectos productivos que las ayuden a lograr su estabilidad financiera”.
A través de este evento y diversas intervenciones en la CSW68, las Mujeres Indígenas recomendamos que los mecanismos y políticas de financiamiento internacional sean inclusivos, culturalmente sensibles y diseñados con un profundo conocimiento de las culturas, prácticas y necesidades indígenas.
Además, hacemos un llamado a la inclusión sustantiva de las Mujeres Indígenas en los procesos de toma de decisiones en todos los niveles, incluidos los gobiernos autónomos nacionales, locales e indígenas, particularmente en asuntos relacionados con la tierra, el medio ambiente, el territorio y la administración de justicia.
Exigimos que los recursos financieros se asignen de manera equitativa, con un enfoque específico en apoyar iniciativas lideradas por y para las Mujeres Indígenas. Alentamos el establecimiento de mecanismos de financiación que sean accesibles, transparentes y que respondan a las necesidades de las Mujeres Indígenas.
Por ultimo, y no menos importante instamos al Fondo Fiduciario de ONU Mujeres sobre la Violencia contra las Mujeres a que asigne un porcentaje significativo de sus fondos directamente a las organizaciones de Mujeres Indígenas. Esta medida promoverá la inclusión y reconocerá los desafíos y soluciones únicos que las Mujeres Indígenas aportan.