Desde FIMI tendemos lazos, tejemos redes. Somos un mecanismo global que articula organizaciones de Mujeres Indígenas, lideresas y activistas de todo el mundo para acompañar luchas y fortalecer liderazgos. Lo hacemos a través de la coordinación de agendas de incidencia política, la investigación y el intercambio de conocimiento, la búsqueda y asignación de recursos, entre otras iniciativas.
Llegar a este presente no fue fácil. El camino se inició en 1995 en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing. Allí aprobamos y firmamos la Declaración de las Mujeres Indígenas de Beijing, en la que establecimos las bases para nuestras reivindicaciones como indígenas y como mujeres.
Cinco años más tarde, con el objetivo de revisar la declaración firmada en Beijing, participamos del Primer Foro de Mujeres Indígenas en Nueva York, durante la sesión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, también conocida como CSW.
En 2005, y bajo el nombre de FIMI, organizamos la participación de Mujeres Indígenas de todo el mundo en esta sesión. Esto hizo posible por primera vez la aprobación de una resolución específica sobre Mujeres Indígenas en la CSW.
De 2008 a 2011 levantamos los cimientos de nuestra casa. En esos años elaboramos el Primer Plan Estratégico, que establecía nuestros programas y nuestra metodología de trabajo, basada en el análisis de oportunidades, fortalezas y prioridades de las Mujeres Indígenas en el plano local, nacional, regional e internacional.
En esos años creamos la Escuela Global de Liderazgo, fundamos Ayni, el único fondo dirigido por y para nosotras, las Mujeres Indígenas. Instituimos el Programa de investigación de temas de impacto en la vida de las Mujeres Indígenas, y en 2011 realizamos nuestra inscripción legal en Lima, Perú. Así, logramos que FIMI quedara registrada notarialmente.
Desde 2012 a 2015 nos planteamos acompañar y dar respuesta desde una mirada integral a los desafíos que enfrentamos las Mujeres Indígenas en el mundo. Establecimos nuestra voluntad política de actuar a partir de consensos en los procesos de Naciones Unidas referidos a Pueblos Indígenas; retomamos la implementación de la Escuela Global de Liderazgo, y creamos el Programa Internacional de Derechos Humanos y Estrategias de Incidencia. Fundamos el Observatorio de Mujeres Indígenas, una herramienta para visibilizar y denunciar la violación de derechos individuales y colectivos, e instauramos el Premio al Liderazgo, para honrar la visión, la creatividad y reconocer logros significativos a nivel colectivo.
Hemos recorrido un largo trayecto, sorteamos desafíos importantes. Aunque queda mucho trabajo aún, los lazos que tendimos y las redes que tejimos son cada vez más fuertes. Compartimos la convicción de que, si juntamos fuerzas, conseguiremos nuestros objetivos. Para hacerlo, contamos con un equipo sólido, diverso, intergeneracional, que cree que un mundo más justo, libre de violencias y discriminación es un horizonte posible.
